Si me dieran a elegir una sola frase que le pueda regalar a Julieta para que quede como una certeza durante toda su vida, sería esta: LOS MILAGROS EXISTEN. Aquí es donde ustedes pueden pensar que para que ella entienda esto tienen que pasarle cosas extraordinarias. Pues la verdad, es que el enfoque no es ese, así que intentaré explicarlo.
Hace unos meses Julieta y yo decidimos sumergirnos en la aventura del avistamiento de ballenas jorobadas en Piura. El guía, mientras nos daba la inducción nos hizo una pregunta: ¿ustedes son personas con suerte? A lo que Julieta y yo respondimos con mucha energía un gran: SIIIIIIII (bueno, ella más que yo lo cual fue muy tierno y divertido). Entonces nos dijo que como somos personas con suerte podríamos ver alguna ballena, hay personas que lograron verlas, hay personas que no.
Debo confesar que disfrutar de sentir la brisa marina abrazadas mientras veíamos el amanecer, para nosotras dos ya era tener suerte. Cuando de pronto, sucedió, una familia de tres ballenas jorobadas, nadaban a nuestro costado, sueño cumplido pensamos.
Luego de esto, el guía volvió a preguntar si queríamos esperar una hora o dos para ver si veíamos más ballenas o con eso ya nos sentíamos satisfechos. La gente empezó a decir, quedémonos, claro, solo hemos visto tres. Julieta y yo dijimos: eso, hemos visto tres, y eso fue maravilloso, qué más podemos pedir. El guía nos miró con una sonrisa de agradecimiento, pues al parecer nadie se había dado cuenta de la gran suerte que habíamos tenido.
Luego de escucharnos, nuestros compañeros de aventura dijeron: tienen razón, hemos logrado ver ballenas jorobadas, ya podemos volver.
Cuando de pronto, sucedió la magia, que sucede creo yo, solo cuando nos sentimos agradecidos con la vida, es como un espacio-tiempo en donde el universo nos premia.
De pronto una manada de delfines (más de 100 diría yo) empezaron a rodear nuestro bote y a nadar con nosotros acompañándonos en nuestro recorrido de vuelta.
Eso fue un milagro, una coincidencia casi perfecta, estábamos en el lugar correcto, en el momento correcto y con la persona correcta. No sabemos si le pasará a mucha gente, no sabemos con cuanta frecuencia sucede, no sabemos nada, solo lo que sentimos y pudimos disfrutar en esos minutos.
¡Los MILAGROS EXISTEN Julieta y me suceden todos los días contigo!