Julieta cumple 4 años mañana. ¡Qué número tan grande e importante! Sobretodo, porque no puedo creer que ya pasaron 48 meses, probablemente los más felices, tristes y cansados de mi vida, si todo eso a la vez y aquí lo trataré de explicar:
4 años felices, porque Julieta es un ser que ilumina todo lo que toca, nos ha llenado la casa, el corazón, los recuerdos, el alma. Llegó de una manera imponente, colocándonos una sonrisa en el rostro a quienes la conocemos.
4 años tristes, porque su papá y yo nos separamos, después de muchísimos años queriéndonos y soñando con el momento del nacimiento de Julieta. El proceso ha sido dolorosísimo, tanto así, que creo que si fuera Jack Bauer (el de la serie de TV: 24 ) y me agarrarán de rehén para sacarme información, pues, no me dolerían tanto todas las torturas, creo que podría incluso hasta no revelar nada, sobrevivir y seguir con mi vida normal.
4 años cansados, y aquí me voy a extender para explicar mi punto. Y es que criar en una sociedad como la nuestra es sumamente complicado. Yo he tratado de mil maneras de establecer una crianza respetuosa, igualitaria y consciente pero qué difícil me la ponen.
Aquí les presento lo que he tenido y sigo enfrentando:

- He tenido que cambiarle las letras a ciertas canciones: no entiendo como en ¨La Gallina Pintadita¨: la gallina se enfermó y al gallo no le importó. O en el ¨Arroz con leche¨ solo se pueden casar con una señorita que sepa coser y bordar. Y así un montón de canciones, desfasadas, que seguimos repitiendo de generación en generación pero sin ningún cuestionamiento.
- He tenido que cambiar ciertos cuentos clásicos porque muchos de estos no van con lo que le quiero transmitir a Julieta. Me parece que el principal problema es el de presentar a los protagonistas como buenos o malos, sin opción a que puedan reflexionar, razonar, arrepentirse, es una de las peores enseñanzas que le puedas dejar a un niño desde pequeño.
- He tenido que enseñarle a Julieta a hacer valer el derecho sobre su cuerpo. Ella hace ciertas cosas ¨solo si quiere¨: siento que los adultos comentemos acciones (sin cuestionarnos nada) por el ¨privilegio¨ de ser adultos (privilegio entre comillas porque tengo otro nombre para eso, pero ese es otro tema). En este punto me refiero a que hay adultos que si el niño no los saluda, los fuerzan, piden su beso (a veces hasta abrazo) si no hay beso, ellos los besan y si no les besan, los cargan y si no los cargan le cogen el cachete. Amigo/amiga, por favor, si tu ves a alguien que no conoces o que conoces poco tiempo, ¿tiene si o si que saludarte con beso? Si no lo hace tienes derecho a invadir su espacio exigiéndole un beso? Por favor, respetémoslos, son niños, no productos para hacerte feliz. Si les enseñamos desde ahora a respetar su espacio, su cuerpo y sus ganas de hacer las cosas, es muy probable que en un futuro, ellas se hagan respetar y no sigamos poniendo en riesgo a nuestros hijos.
- He tenido que pasar saliva cada vez que la gente le dice a mi hija: ¨es que tú eres una princesa¨. Mi hija hasta el día de hoy mientras escucha esa frase salir de las personas empieza a gritar: ¨no soy una princesaaaaaaa¨, y a veces dice: ¨soy Julieta, eso es más que princesa¨. Y yo, orgullosa, solo sonrío. ¡Basta de decirles que son lo que no son, de meterles el tema del príncipe azul, el final feliz y demás tonterías en la cabeza a los niños¨.
- Me complica mucho que exista gente que trata al padre como si fuera un burro y no pudiera hacer nada con la crianza: me encuentro con muchas madres que se agotan trabajando en casa y reniegan porque el papá no figura, no porque este no quiera figurar, sino porque no lo dejan, escucho mucho el típico: ¨qué le voy a pedir que cambie un pañal, se muere¨. Por favor, saquémonos de la cabeza eso, ellos pueden, tienen que poder, así como nosotras. Son padres, también les tienen que enseñar cosas, tienen que salir con ellos, tienen que tener tiempo juntos y solos. Para que la sociedad cambie tenemos que hacer un esfuerzo.
- He luchado con aquel fastidiosísimo ¨NOOOOOO, te vas a caer¨, ¨no hagas eso es muy peligroso¨, señores, si yo que soy la madre no digo nada, ni me inmuto, ni pongo cara de nervios si quiera, por qué ustedes tienen derecho a dar órdenes a hijos ajenos. Si mi hija está haciendo algo y yo lo permito, es porque sé que puede, es porque me pasé horas con ella dándole las herramientas para que lo haga. Para mi esos mensajes lo único que logran es llenarlos de miedos, es momento de enseñar, aconsejar, acompañar y felicitar.
- Las mentiras: ¨Si no haces caso, te va a llevar el cuco ah¨, ¨señor se quiere llevar a una niña¨, ¨una niña se fue sola y nunca más volvió¨ y cosas por el estilo. Por favor, no lo hagan, al menos, con mi hija no. Ella sabe que el cuco no existe, sabe que existe el bien y el mal, que los seres humanos nos equivocamos, pero que también podemos corregirlo. Sabe qué significan los límites, sabe que mamá y papá siempre le hablarán con la verdad, aunque sea difícil entenderla, pero harán su mejor esfuerzo.
- Otro tema que he enfrentado, son las típicas comparaciones: ¨Ah si, porque tu primo Pedrito ya come solo¨, ¨el ya no usa pañal, ya es un niño grande¨, ¨uy no duerme sola, cuidado que no va a ser independiente de grande¨. Por el amor de Dios, cada niño tiene sus tiempos y son correctos. No hagas esto con tus hijos o hijos desconocidos porque lo único que estás logrando es que su autoestima disminuya, nada más.
- Y no falta el que quiere meterse en la corrección de la conducta: hay gente que no soporta ver a un niño con puchero o llorando o a punto de llorar e inmediatamente se mete en la corrección de conducta que está ejerciendo el padre o madre. Nunca falta aquel adulto que dice: ¨ya no llores, ven, yo juego contigo¨ o el típico ¨¿qué ha pachado? (con voz de bebé)¨, ¨¿quién ha sido?¨, ¨ven conmigo, yo te abrazo¨. Millones de veces, he tenido que decir a quien haga eso: ¨por favor, no te metas, ni le hagas caso¨.
- El famoso chupetin: este es uno de mis preferidos. Cualquier persona buena onda, ve a un niño, e inmediatamente saca un chupetin y se lo regala. Hasta ya me sé cuál es la cara de: ¨te voy a dar un chupetín¨. Por favaaaaaaar, no lo hagan. Usted no sabe si ese niñ@ no puede comer azúcar o no come azúcar o aún no sabe chupar caramelo y se puede atragantar o lo que sea. El niño va a quererlo si o si y luego el problema es para el padre o madre que tiene que acompañar al niño. Primero pregunte, en clave si es posible si se lo puede regalar. Respetemos la crianza.
- Y las típicas interacciones, ¿A qué te gusta jugar? ¿Te gustan las barbies, las muñecas o la cocinita?: Le gusta jugar a todo, saben ¿por qué?, porque puede hacerlo, también le gusta Star Wars, las espadas, los carritos y mil cosas más. En los centros comerciales por ejemplo, hay espacios de niños y de niñas, con juguetes específicos para cada uno. ¿Por qué les hacemos este daño desde ahorita?
- Los colores: situación frecuente, el color rosado para las niñas y el color celeste para los niños, esto te lo encuentras en las fiestas infantiles (al hacer fila de niños y niñas) o en imágenes de productos para niños. Triste realidad. Yo siempre le digo a Julieta, que nos han regalado los colores y no tenemos porque abusar de uno o de otro, podemos usarlos todos, aprovecharlos, mezclarlos y crear cosas más bonitas.
- Estás más gordita ¿no? o no comas porque serás una pelota de grande: por favor, los niños son niños. No los llenen de complejos, desde ahora, estás lindo/linda, estás feliz, qué grande, qué valiente, son alguno de los adjetivos que describen mejor a un niño que su físico en este momento de la vida. Enséñenles a sus hijos a comer saludables, pero no los torturen con el peso desde ahora.
Y pues, lo que comenzó siendo un post recontra nostálgico, terminó siendo un post de protesta. Perdonen, solo soy una madre, a la que la llegada de su pequeña y la necesidad de criarla en un mundo mejor, no deja de ponerla en mil y un desafíos. A veces nuestro trabajo se resume en el título de este post: ¨Duro de criar¨.
Recién me topé con tu cuenta en Instagram, entré a tu blog y leo esto y me sentí identificada pero también mal porque hay cosas que hago mal por decirlo de alguna forma… busco mejorar pero siento que no lo puedo hacer sola, alguna recomendación? Das asesorías de crianza quizá? O consejos? O quizá solo sesiones donde pueda conversar y desahogar un poco mi rutina diaria? Te agradezco de antemano la respuesta y gracias por lo que escribes 🙂
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Hola Cinthya, dejé de escribir un tiempo, pero ahora empecé nuevamente. Si quieres o necesitas aún sesiones para conversar, avísame. Aquí estoy.
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