¿Cómo te digo?

Sí, parece el título de una canción, pero no lo es. Esta pregunta, es una de las que más se aparece en mi repertorio mental desde que nació mi hija. ¿Cómo te digo?

La forma de crianza que emprendimos con Julieta está basada sobretodo en el respeto. Y respeto también significa brindarle una explicación, antes de imponernos como padres. Es poder tratar a nuestros hijos, no como adultos, pero si como personitas que están aprendiendo y necesitan información para que poco a poco puedan ser más independientes.

Confieso que, algunas veces, cuando era bebé, no estaba segura si entendía lo que le iba diciendo. Pero cuando ya empezó a hablar, responder y cuestionar, tuve que pensar dos veces el cómo le explicaba las cosas según su nivel de desarrollo. Comparto aquí, algunas de las más complejas explicaciones y que me han funcionado muy bien.

Por ejemplo:

  1. Primera turbulencia en el avión: ¿cómo le explicas a un pequeñito qué pasa en una turbulencia? Antes de viajar en avión me aseguré que Julieta haya visto a alguno de sus personajes favoritos hacerlo. En este caso, fue Peppa Pig (mal ejemplo para otras cosas, pero me servía para esto). Así que ya conocía que el avión volaba, que te sentabas en sillas y que veríamos nubes. Pero, cuando comenzó la primera turbulencia, pensé: ¨esto no lo tenía mapeado¨, así que actué de forma muy natural. Ella con carita de preocupación, me miró y me dijo: ¿mami, poi qué ei avión se mueve así? Le dije: ¿Tú te acuerdas cómo mueve Jako (su hermano de 4 patas) su colita cuando te ve? Ella, respondió: ¨Sí¨. Le dije: ¨bueno Julieta el avión le está moviendo su colita a las nubes para saludarlas¨. De pronto Julie sonrió y me dijo: ¨qué loquito el avión, mami¨. Yo, dije: ¨uffff¨ en mi mente. Resultado: Julie no le teme a las turbulencias. Se acuerda y sonríe.
  2. Que su vida está en riesgo y si hace determinadas acciones, podría morir: puede sonar algo dramático o exagerado (sobretodo para los que aún no son padres). Lo cierto es, que los niños son muy curiosos y quieren probarlo todo. Quieren saltar a una piscina sin saber nadar, comerse una moneda, una piedrita, tomar de pico botellas que podrían contener lejía, o dar volantines en una cama elástica sin saber hacer volantines, etc. En vez de darle una llamada de atención como un ¡NO HAGAS ESO! y punto. Un día encontré la forma de explicárselo. Le pregunté: ¨¿Julieta qué es lo que más te gusta hacer? Ella me dijo: ¨jugai mami¨. Le dije: ¨ok, hay algunas cosas que no puedes hacer porque si las haces nunca podrás jugar otra vez mi amor¨. Y de ahí sigo con la explicación específica de la situación, por ejemplo: ¨para meternos a una piscina tenemos que saber flotar porque si nos hundimos no podemos respirar bajo el agua¨, etc. Hasta ahora va funcionando. Ella sabe que lo que no le permitirá jugar nunca más, es un peligro clarísimo y no lo hace.
  3. Que mami también tiene derecho a estar sola, a tener su espacio: es difícil entender a la edad de ellos que mami necesita un respiro. Antes de hacer alguna actividad, como salir, ir a una reunión con mis amig@s o lo que sea, siempre le pregunto: ¿qué tal estuvo tu día? ¿te divertiste en tu picnic con tus amigas? (por ejemplo). Ella responde: ¨sí mami, me diveiti¨. Y ahí lo amarro conmigo: ¨ok, Julieta y ¿a ti te gustaría que mami también se divierta como tú? Siempre responde: ¨sí¨. Le respondo: ¨bueno entonces mami necesita ir a hacer un picnic con sus amigas como tú, pero necesita ir sola y como tú quieres que me divierta y disfrute imagino que no llorarás, ¿verdad?  te portarás bien en mi ausencia y estarás tranquila, ¿cierto? Ella, piensa y siempre responde: ¨no mami, no lloraré¨. Y así me puedo despedir e irme tranquila y feliz.
  4. Que hay cosas que simplemente no se pueden hacer porque la sociedad las ha impuesto así: un día me salió con que no quería ponerse ropa para salir a la calle. Oh oh, pensé. ¿Y ahora? Así que ahí si tuve que recurrir al ejemplo. Julieta, ¿tú viste alguna vez que yo, tu papá, tus abuelos o tus primos, salen a la calle sin ropa? Piensa y dice: ¨no¨. Yo respondo: ¨hay cosas que simplemente no podemos hacer, porque vivimos con más gente y existen reglas, ésta es una de ellas¨. Luego le pregunto: ¨¿qué pasaría si es que saliéramos todos sin ropa?¨ Y vamos elaborando todo lo que podría pasar, juntas. Y es así como opta por seguir algunas normas.

Definitivamente creo que una de las tareas más difíciles al criar a nuestros hijos es guiarlos por el camino correcto, porque no piensan como nosotros, no tienen nuestro mismo nivel de desarrollo, sin embargo, no podemos subestimarlos tampoco, porque todo lo pueden entender.

A veces, porque nos gana el tiempo o el miedo optamos por ser categóricos y decir: ¨no y punto¨, ¨no porque yo digo¨, ¨porque así es¨, etc. Si queremos en el futuro que ellos no sigan al montón sin cuestionarse o entender el por qué hacen lo que hacen, entonces tenemos que detenernos, acercarnos, mirarlos a los ojos, pensar dos veces, bajar a su nivel y encontrar una explicación.

¿Y tú, cómo le explicas las cosas a tus niños? ¡Comparte tus experiencias! Estoy segura que nos ayudarán a tod@s.

 

 

 

 

 

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